jueves, 25 de diciembre de 2008

El Pesebre, una antigua tradiciòn navideña



*Fue en un pesebre, un lugar para los animales, que Jes`su, el salvador del mundo llegò a este mundo.


Otro de los elementos de la tradiciòn navideña es el Pesebre, el que rememora el lugar en donde llegò al mundo Jesùs y que constituye una tradiciòn que se remonta al siglo XIII, y al parecer el autor de ellos fue San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana, entre los años 1200 y 1226.Segùn cuenta la historia, en el Invierno de 1223, siendo apóstol,San Francisco de Asis, recorría la campiña cercana a la pequeña población de Rieti.La navidad lo pillò en la ermita de Greccio, fue allì donde tuvo la inspiraciòn para recrear en vivo el misterio del nacimiento de Jesús.


Con el objetivo de lograr su sueño, construyó una casita de paja simulando un portal, luego puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los vecinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de personas para reproducir la escena de la adoración de los pastores.Èsta idea ràpidamente se poppularizò en el mundo cristiano, mas se introducieron algunos cambios:ya no se ocuparìan humanos para la representaciòn del nacimiento de Jesucristo sino figuras hechas de mùltiples materiales.


Otra teorìa señala que el primer nacimiento se construyó en Nápoles, Italia, a fines del siglo XV, y que las figuras que lo conformaron eran de barro.


La tradiciòn del pesebre arribò al continente Americano mediante las evangelizaciones hechas por los religiosos durante la Conquista y Colonia, situandose Chile como el paìs en donde se iniciò el desarrollo de esta temática introducida por las órdenes religiosas que vieron en los pesebres un medio de evangelización efectivo.


En un principio, los pesebres realizados en la naciòn obedecìan las reglas del Viejo Continente, como por ejemplo, "la preparación de una tarima o mesa en proporción a la cantidad de personajes del pesebre, el lugar de instalación de la gruta o choza y la ubicación de cada uno de los personajes. Sobre la tarima, con diversos materiales -tierra, arena y ripio, entre otros- se debía representar el camino, las lomas y valles. Para realzarlos se debían usar trozos de arpillera encolada, cubiertos con aserrín natural, una parte era pintada con anilina verde para imitar el pasto.",explican en el sitio Nuestro.cl.Sin embargo, con el pasar del tiempo poco a poco empezò a chilenizarse,por decirlo de alguna manera, el Pesebre.Es asì como se incluyeron los siguientes elementos :el trigo dispuesto en fuentes de greda con tierra mojada (como símbolo de abundancia), canastos de mimbre con regalos como ciruelas secas, avellanas castañas, nueces, almendras, piñones y frutas de la nueva estación.


Cerca del Niño Jesùs se empezò a poner juguetes tradicionales como trompos, emboques, caballitos de madera, matracas, palitroques, carretillas, zancos y runrunes.De una rama cercana al pesebre se colgaba ropa del niño y, ademàs, se ponìan chupallas y sombreritos.
A partir del siglo XIX en todas las iglesias, parroquias y las casas de familias de clase alta se hacía un pesebre. En ellas se abrían las puertas al barrio para que los vecinos pudieran adorar al Niño Jesús., los que pasaban frente al pesebre dejando regalos, para así imitar a los Reyes Magos. Las ofrendas podían ser tortillas de rescoldo, huevos duros y otros manjares.


Poco a poco el pesebre fue adquiriendo un caràcter chileno.Se anexò al Pesebre personajes populares como viejitas tomando mate, animales de la fauna y el campo chileno hechos en figuras de arcilla de Talagante, Quinchamali o Pomaire.La escena era complementada con carretas cargadas con fardos de paja o leña, y copihues y banderas chilenas colgando de las ramas.

La presencia del pesebre tambièn generò otras manifestaciones, como el canto de los villancicos (costumbre traída desde España) o el canto a lo divino, del que hablaremos pròximamente.De èsta forma se fue constituyendo una expresiòn de religiosidad popular.


Èsta es la historia del Pesebre, una tradiciòn navideña que perdura hace 2000 años y que se niega a perecer en una festividad cada vez màs comercial.

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